Pensando...


(solamente haciendo girar


cientos de brisas)


para destruir una muralla de


pavorosos silencios.



La noche cae,


solo la luna escribe


sobre el río


interminables


líneas ondulantes


sin respuesta...


y aún así regresa.


La mano,


poseída de arrogancia,


estrecha un pecho


y ahoga un gemido,


mientras de ocres se tiñen las palabras,


será un aliento misterioso


el que invada buenos aires


mientras gotea un tango


sobre el victorioso empedrado,


que aún se muestra...


pero si


me han dicho que has muerto


quién será el infeliz que te condena...

 

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